
Granada amanece con un tórrido calor. Son las 9 de la mañana y ya estamos recorriendo de nuevo sus calles. Desayuno irresistible, compras para la familia y los amigos.... (no nos olvidamos de los que estáis aquí y los que nos habéis seguido fielmente en esta aventura) y un último intento de pasar por Masaya para ver su mercadillo popular y comer.

Un rato de tarde tranquila en la Casa de la Juventud, una buena ducha y preparar las maletas. Esto suena a despedida.
La cena en el Mirador de Tiscapa, comida típica: ceviche de camarones y caballo bayo (salvo alguno que sigue abonado al pollo) y música que no falte. Algún baile después. Algunos se quedan calentando la silla. Y son las doce de la noche. Que mañana no llegue.
0 comentarios:
Publicar un comentario